“Tłusty cwartek”, el carnaval de la grasa

Si los postres y las copiosas comidas de Navidad polacas no hubieran saciado mi apetito en diciembre, ayer bien podría haberme empalagado con donas y alas de ángel faworki para celebrar el jueves graso, Tłusty cwartek. Aunque, para ser sincera, si hubiera ido a la panadería local a comprar pan creo que no habría aguantado la tentación de probar alguna rosquilla.

Alas de ángel faworki

Solo he podido celebrar Tłusty cwartek una vez en los tres inviernos que llevo aquí en Polonia. Y cabe la pregunta, ¿si no quedé a reventar, entonces, mi festejo no contó? En esa ocasión, si mal no recuerdo, solo me comí una o dos grasosas donas. A diferencia de la navidad polaca, que exige indigestarse, no me harté; habría podido comer más. En una encuesta virtual del periódico local Gazeta Wrocłwaska, un 32 por ciento de los breslavos dijo que come cinco o hasta once y más donas este día. Exo explica los paquetes de diez o veinte unidades en el supermercado.

Mientras tanto, en el jueves lardero (en España) se hartaban con “chorizo, pan y huevo”. Me pregunto si en los carnavales en Colombia también la gente come desaforadamente.

Supongo, y cruzo los dedos, que este fin de semana comeremos faworki: la galleta crujiente hueca por dentro, con azúcar en polvo por encima, típica de este jueves grasiento.