Vivir en el Triángulo (de las Bermudas) en la Bangalore europea

El barrio se llama Trójkąt, triángulo en polaco. Está a unos dos kilómetros del centro y tuvo, o tiene, fama de peligroso. Sus calles no fueron intervenidas después de la guerra, siguen empedradas a la usanza alemana, y los edificios están ligeramente tiznados. Por eso Trójkąt (se pronuncia Truikont) posó como el Berlín de los años 50 y 60 en la película de Steven Spielberg St. James Place, en noviembre pasado.

Hace diez años a uno de mis estudiantes le pegaron varias veces en el Triángulo, dice,  seguramente por llevar pelo largo y ser muy delgado. A mi novio también intentaron atacarlo, hará unos seis años. A grandes rasgos, podría decirse que es un Las Cruces (barrio  bogotano antiguo) un poco más “seguro”. En la prensa se le conoce también como el Triángulo de las Bermudas, y los comerciantes de una tienda de alimentos aprovecharon el nombre, o la ubicación, para denominar a su negocio “Bermudy”

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Parece -lo dice el boca a boca-, que la inseguridad en Polonia no se mide en robos, sino en riñas o ataques hombre a hombre. En diciembre un ciclista de 21 años murió cerca de Lódz luego de que un par de muchachos, que huyeron, lo empujaran debajo de un autobús. Sé que a otro ciclista en Breslavia le hicieron algo parecido: lo tumbaron para golpearlo en alguna vía. Si eres hombre los criminales no te piden dinero, ni tu teléfono: te hacen bullying en la acera. Si eres mujer, ¿te salvaste? Supuestamente rara vez somos blanco, pero esta semana la prensa divulgó tres ataques ocurridos en una noche en un barrio de  Breslavia.

Y si tu piel es oscura las posibilidades de llevar una vida tranquila parecen minimizarse aún más. Hay sobrenombres, insultos, para referirse a los negros o a los indios. Los grafitis del Triángulo advierten esa xenofobia: en el edificio frente a mi ventana pintaron una esvástica y proclamas contra los judíos, y mi novio dice que hay muchas más cruces gamadas en este sector.

La cruz está al lado izquierdo de la puerta
La cruz está al lado izquierdo de la puerta

“Personas de muchos países y continentes (Portugal, Italia, Colombia, España, entre otros) vienen a trabajar y esta es una ciudad en la que les gustaría vivir. Nosotros les preguntamos si se ven aquí a largo plazo. Pero los problemas de tolerancia ensombrecen” esa posibilidad, anotó Radek Kokot, jefe de operaciones comerciales del centro y el este de Europa para Google, en un evento de la revista Poland Today.

Al igual que Google, IBM, HP, Amazon, Qatar Airways y otras corporaciones emplean a nacionales y extranjeros en sus oficinas breslavas. A los inmigrantes nos prefieren sobre todo para trabajar en servicio al cliente, en los call center, y por eso esta ciudad se ha granjeado el título de la Bangalore (según el periódico The Telegrapgh, esa ciudad india es la capital mundial de los call center) europea entre la gente.

A esta Bangalore racista vienen bielorrusos, ucranianos, rusos, kazajos, saudís, africanos -que estudian medicina- y “cada vez más personas del occidente de Europa y de España. Para los españoles es más barato estudiar aquí que en Barcelona: pagan la mitad de lo que pagarían en su país”, dijo Jacek Ossowski, presidente del ayuntamiento, en el foro de Poland Today.

En ese encuentro se habló mucho de la Breslavia del futuro y los retos que le esperan en el ámbito educativo, financiero y tecnológico. Desafortunadamente, nadie hizo eco de la anotación de Kokol sobre la xenofobia.

 Aclaro que no he tenido malas experiencias como extranjera hasta ahora en Polonia. ¿La ventaja de ser mujer? Por otro lado, ¿se han sentido ustedes discriminados en Polonia o en Europa?