Wesołych Świąt! El 26 de diciembre aún es Navidad en Polonia

Hoy es el tercer día de Navidad en Polonia. Desde el 24 de diciembre, y por tres días, los polacos han estado celebrándola. El 24 ponen el árbol, preparan una cena con 12 platos, y salen de trabajar más temprano -hacia las 2 de la tarde- para estar sentados a la mesa con la familia cuando salga la primera estrella en el firmamento. Aunque la hora de inicio varía según la familia, a las 4 de la tarde pueden comenzar a festejar.

La primera estrella marca el inicio del festejo navideño
La primera estrella marca el inicio del festejo navideño

El plan del 24, según mi novio, es comer, abrir los regalos, comer, cantar villancicos, salir a caminar un rato y volver a comer. Cómo no, con 12 platos. La periodista Aleksandra Fedyna, de la revista Mundo de mujer (Swiata kobiety), da detalles del menú: “Servimos varias sopas según la región. Usualmente comemos barszcz, sopa de remolacha, con empanadas cocidas rellenas de repollo y hongos, o solo de hongos. En algunas partes son populares las sopas de pescado o de almendras”. Hay también pescados fríos o calientes: “arenque frío con cebolla en aceite, pescado a la griega (así se llama pero no es griego, solo es bacalao con vegetales), carpa en gelatina (carpa a la judía, que tampoco es un plato judío) y otros peces como trucha o perca en gelatina. Y el pescado caliente por lo general es carpa frita”. El 24 no se comen carnes rojas.

El repollo es un ingrediente común de la comida polaca a lo largo del año. Tal vez por eso en Nochebuena hay “empanadas con repollo y hongos, repollo con guisantes, repollo y champiñones, y en el Este de Polonia, pastel relleno de repollo y hongos”, dice Aleksandra, quien añade que de postre comen kutia: semillas de amapola y de trigo con uvas pasas.

En la mesa también está servido un plato con oplatek, pan cuadrado tipo oblea (pan ácimo). Antes de dar el primer bocado de sopa o de pescados, cada invitado toma un oplatek, se acerca a otro asistente y le ofrece un trozo de su oblea. Entonces cada uno toma una pequeña parte del pan del otro, expresa su amor o buenos deseos para el próximo año a su acompañante y sella el intercambio con un abrazo. A veces es inevitable no llorar en este cruce de deseos.

Los días 25 y 26 son días de fiesta, los grandes supermercados permanecen cerrados y casi nadie trabaja: las familias están ocupadas comiendo, comiendo y volviendo a comer (parafreasando el villancico Los peces en el río) lo que sobró del 24, más carnes rojas.

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Los niños polacos reciben doble regalo. Primero el 6 de diciembre, en el día de San Nicolás, éste premia a los niños. Y después, el 24, un equipo “interdisciplinario” trae el segundo obsequio, según la región. Así lo resume Aleksandra: Si el niño vive en Mazovia, en el medio del noreste de Polonia, vendrá San Nicolás. A Poznań, o el centro oeste de Polonia, llega Santa Claus. En Alta Silesia, por el sureste de Polonia, aparece el Niño Dios. “Aquí y allá, en el este, viene el Abuelo escarcha” (dziadek mróz), y en la Pequeña Polonia, el Ángel. A los amigos de mi novio también los obsequió el Hombre estrella (gwiazdor). ¿Será se dividen por regiones para que sea más fácil la entrega de regalos?

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La lista de obsequios en los años 80 era más simple que las de ahora, dice Aleksandra. Los niños se contentaban con una nueva bufanda, guantes, crayolas, marcadores o caramelos, que eran escasos. O “soñábamos con regalos grandes como patines, trineos o patines de hielo”, comenta ella. Bananas, limones y naranjas también estaban en la lista, porque “solo se podían comprar fuera del país, o se podía pagar por ellas con dólares en una tienda especial, pero no era fácil”, dice mi novio, y añade: “Cuando me las regalaban, celebraba el obsequio y me tomaba tiempo para comerlas”.

Si no había frutas en las tiendas en los días comunistas, tampoco había adornos para la Navidad en los almacenes, por eso las familias hacían las decoraciones del árbol a mano. Usaban papel crepé para las borlas o cadenas alrededor del árbol; cocinaban galletas, las colgaban y después se las comían, y dice Aleksandra, usaban algodón como nieve. Actualmente, es muy común comprar los adornos pero la periodista cree que en algunos años regresará la tradición de hacerlos a mano.

En Polonia la costumbre es vestir el árbol el 24 de diciembre, pero eso está cambiando confome los centros comerciales están montando la decoración y las luces navideñas desde la primera semana de diciembre. Hay además pocos pesebres o Belenes en las casas si se compara con la tradición colombiana. Sin embargo, algunas familias lo ponen o lo hacen ellas mismas, especialmente si hay niños. “Recuerdo que cuando era pequeña, mi papá diseñó uno con plomo. Y una amiga del trabajo, hace unos años, hacía uno muy grande con pan de jengibre para su hijo”, cuenta la mamá de mi novio.

“La Navidad es una época del año para estar con quienes más quieres y recordar a quienes se han ido”, concluye Aleksandra. De ahí la costumbre de “visitar las tumbas de los muertos antes de Navidad o en los días de fiesta, y decorarlas, por ejemplo con ramas de pino”.

Wesołych Świąt! Feliz Navidad (o como diríamos ahora en Colombia, ¡felices pascuas!)

*Gracias a Aleksandra Fedyna, Aleksandra Burghardt y Ewelina Cembrzynska por su colaboración para escribir esta historia.

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